miércoles, 27 de abril de 2016

La comunidad de la SUBE

Vuelve a probar con la secreta esperanza de que solo fuera una falla, pero no. Pide su pasaje otra vez y apoya su tarjeta, ve la luz roja seguida del piii piiii piiiii que suena más aturdidor que nunca. Y ahí cae que el boleto aumentó y que con sus mil quilombos se olvidó de cargar la SUBE.
Nadie más que esa persona sabe cómo fue su día. Si fue agotador, feliz, tranquilo o aburrido. Quizás los que observan la secuencia pueden deducir que se quiere martillar un huevo.