miércoles, 29 de junio de 2016

Tiene derecho a guardar recuerdos.

Te mandaste una y te salió. La descuidaste, te la sabías todas. Te creíste él más banana, te engolosinaste y sin que te dieras cuenta, se te empezaron a quemar los papeles. Vos, como de costumbre tirás boludo. Si hay algo que aprendiste bien es a negar, negar como si fuera la última vez. Te auto justificas y te decís que es innato, que tenés el don. Sos entrador, negás, juras y te lamentas. La verdad es que no tenés ningún don. Sos un ser manipulador que con malicia y ardides berretas, saliste parado, o eso creías. ¿Sabés qué? Si te dejaron hacer aun cuando sabían que eras un gil, no fue por mérito tuyo que te salían todas. Más bien fue su forma de colmarse para decir nunca más.

Ese día llegó, y ahí estabas vos con tu mejor cara de nada, cuando te dijo “Me duele pero me voy. Tenés derecho a guardar recuerdos, pero todo lo que ames podrá ser usado en tu contra”.-

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