jueves, 30 de octubre de 2014

Keep on dreaming

Vivieron su infancia temprana en distintos hogares. Permanecieron como dos perfectos desconocidos hasta ya entrados en su adolescencia. Ella siempre fue la chica diez, aplicada inteligente y cautivadora. Él, en cambio, era estructurado, apegado a las normas por demás y con un marcado interés por las necesidades del otro. Y aunque  buscaba siempre tener un rendimiento acorde a sus propias exigencias pretendía pasar desapercibido sin que nadie ponga demasiada atención en él. 

Sus vidas se cruzaron de un modo casi accidental como suelen ocasionarse estos encuentros. Amigos en común, una celebración, una reunión, una salida bastaron para que la atención de uno se desviara al otro. Él con aires de "intelectual" no podía comprender como había pasado tanto tiempo de su vida sin conocer la sensación única de pasar una noche hablando con una persona sobre cosas que le interesaran y él no creyera básicas e inmaduras. La noche terminó y todo siguió por sus carriles normales se despidieron, cada uno se fue por su lado y con su compañía. 

Pasó mucho tiempo hasta un próximo encuentro pero la relación se mantuvo fluida. Un mensaje de buenos días, un ¿cómo te fue hoy? y demás formas de mostrar interés sin ser directo. Él se dejó cautivar por ella, visualizó cosas que no tenía, cosas que él siempre quiso hacer y le atribuyó capacidades que quizás no le correspondían. Ahí estaba el boludo, idealizándola. Había pisado el palito y  estaba a su total merced.


Ella siempre tuvo claro lo que quería y cuando se sintió "estancada" se reinventó. Creció, paseó sus habilidades y capacidades por donde la necesitaron y cuando quiso, voló. Él, citando a las pastillas,  tenía un candombe en la cabeza que no era para bailar. Se acomodó pero ya era tarde. Ella tenía su vida ordenada. Él por no sentirse culpable hizo algún intento a sabiendas de que no iba a alcanzar nada. Luego él ordenó su vida y ella comenzó a “desordenar orquestadamente" la suya. Nuevamente para él era tarde.
Nada garantizaba que ella tuviera algún interés por él, pero él tampoco hizo nada por averiguarlo. Sus vidas, nuevamente siguieron por caminos diferentes.

Tiempo después coincidieron en la misma empresa y él se decidió en hacer esfuerzos concretos y reales, a hablar con la verdad, de un modo frontal y que no importen las consecuencias, total era lo mismo eso que nada. Pero ya era demasiado tarde, otra vez.

Hoy, ella está viviendo su sueño, mientras que él sueña vivir con ella.-

@mnferri

domingo, 12 de octubre de 2014

Absorta

Absorta.


Un metro setenta aproximadamente, pelo castaño claro, ojos marrones que dejaban ver mucho más de lo que miraban. Ansiosa, chequeaba su móvil y con su gestualidad comunicaba que esperaba  un mensaje o una llamada.  

Eran cerca de las 22:30 reinaba el silencio en el 96 y lo único que rompía con ese escenario era el chirrido del  freno en las esquinas. Los pasajeros se veían inmersos en sus mundos, algunos  leyendo, otros con sus auriculares tamaño extra grande, algún grupo de pie que mantenía una charla, y ella esperaba.  No pude evitar  prestarle atención.  Llevaba el pelo recogido, unos aros que tranquilamente podrían ser de Todo Moda o Isadora, iba bien vestida. Probablemente trabaja por el centro y a la noche curse en alguna universidad, pensé. 

Apoyaba la cabeza en la ventanilla,  perdía su mirada, abría su cartera y agarraba el celular. Esta secuencia se repitió varias veces, diría por la comisura de sus labios que sin éxito. Estas dejaban ver que las esperanzas, o las ganas, de recibir ese mensaje eran cada vez menos.  Seguía  absorta en sus pensamientos y podría decir que no había forma de sacarla de allí, parecía buscar algo en su mente.   Ensayó una sonrisa triste y volvió a ver su teléfono, en este intento la reacción fue diferente, se miró la mano, jugueteó con un anillo que tenia y su expresión se apagó.  El mensaje pareció impactarle y mucho. De golpe creí entender todo  lo que mostraban sus ojos.  Recién ahí se dio cuenta de que la miraba, se tomo un instante para observarme con una mezcla de incredulidad y curiosidad pero pronto volvió a desviar su vista hacia la calle. Su actitud de desilusión cambió, adoptó otra postura corporal, su semblante pareció volver y hasta sus expresiones cambiaron,  cruzó las piernas,  y se acomodó dos o tres veces un mechón de pelo.

Esas 35 cuadras que recorrimos aproximadamente hasta la estación fueron divertidas. Se reía y miraba, sostenía la mirada o la desviaba. Las ganas de sacar al del asiento de adelante para sentarme yo, solo se frenaron, por el hecho de no cortar el juego.  Me bajé y si bien no intercambiamos una sola palabra me quedé con la certeza de que  el resto de su viaje el motivo para que esté absorta en su pensamiento iba a ser yo.
@mnferri

jueves, 9 de octubre de 2014

Te deseo libertad.

Mientras sigo escribiendo mi primer articulo sobre PR, y para generar en mí el habito de realizar entradas, dejo algo que tenia por ahí escrito.

Te deseo libertad.

Eso. Te deseo que seas libre. Es decir que tengas un completo y cabal conocimiento de que disponés de total libertad de acción, de pensamiento, de sentimiento. Que nada ni nadie te inhiba o atente contra tu ánimo, que puedas abandonar tus miedos, que pierdas la noción de los limites, del respeto por el otro y por vos mism@.  Que saques todo el egoísmo que te muerde por dentro y que te grita que lo dejes salir. Eso te deseo.

No te deseo el mal, no te deseo otra cosa más que tu total libertad. ¿Quieres viajar? viaja. ¿Quieres ser feliz? se feliz, o al menos, inténtalo. No te pido control, raciocinio, o que te vuelvas comedid@. Solo te pido que te entregues a tus anhelos. Que tu andar no conozca de fronteras ni barreras,  ni impedimentos ni lamentos.

Que tomes decisiones sin importar nada más que tus voluntades o tus ganas. Que nada intente forzar un equilibrio donde no debería haberlo. Que te des de patadas con la rutina o con el destino. Que cada día que pase escribas una nueva página o la borres y que nada ni nadie intente torcer ese camino o esa historia. 

Eso te deseo.

Lo único que deseo más que tu libertad es estar ahí para ver tu cara el día que tengas que pagar por todas y cada una de tus decisiones.

@mnferri

domingo, 5 de octubre de 2014

About me (o sea ¿quién soy yo?)

Sueño con cambiar el mundo. Tengo un Golden Retriever. Soy Licenciado en Relaciones Públicas e Institucionales y futuro Licenciado en Ciencias de la Comunicación. #Radioescucha y #Mediaholic. Simpatizante de San Lorenzo de Almagro. Cocinero amateur. Lector sin prejuicios. Escri..., nah escritor me queda demasiado grande.





@mnferri