martes, 11 de agosto de 2015

La solidaridad: una cuestión de egoísmos.

Hace mucho tiempo que tengo ganas de escribir sobre este asunto de la solidaridad y las necesidades del otro.  Para empezar quiero remarcar dos cosas: me niego a creer que  la mala gente es más y la otra es que  "me considero solidario porque soy egoísta". Sí, egoísta. Si hago algo es porque me hace bien a mí. Si bien hay una empatía que no me permite tolerar que otro tenga necesidades básicas insatisfechas, en el fondo, es más fuerte la sensación de tranquilidad  por haber hecho algo.

Hay muchas razones por las cuales las personas deciden colaborar con alguna causa: hay gente que lo hace por "pagar su karma", otros lo hacen porque está bien visto hacerlo, muchos otros lo harán por pura filantropía, también, estará aquel que contempla la situación y siente la tensión al preguntarse ¿qué pasaría si ese soy yo? o ¿si fuera mi familia? y como mecanismo de defensa decide sublimar la tensión por medio de la colaboración. Y están los que lo tienen como su misión en la vida.  A esas personas no puedo más que admirarlas mucho. 

Para que todos los anteriores existan, es condición necesaria, que exista otro tipo de egoísmo. El egoísmo que niega realidades, el egoísmo que ignora un pedido, el egoísmo del que se mandó  una cagada o que no hizo algo que debía hacer y le arruinó la vida a mucha gente. 

Sinceramente a mí no me importa para nada que los motiva -o los puede llegar a motivar- para dar una mano. Podes hacer tantas cosas como tus ganas o posibilidades te lo permitan. Desde visitar a personas que están en situación de calle hasta una acción suelta y aislada para un evento por el día del niño. Podes hacer un aporte único de 10$ en una rifa o sumarte como donante mensual en una organización. Nadie va a juzgar ni medir el aporte que hagas porque todo es mucho y siempre suma. Y ESO ES LO IMPORTANTE.-


@mnferri

lunes, 30 de marzo de 2015

¿y mi derecho a trabajar?

Voy a empezar dándoles la derecha en su reclamo, siempre. Paritarias, despidos, lo que sea. En este caso el salario no es ganancia, Ok.

Ahora, quiero saber, ¿qué pasa con mi derecho a trabajar? ¿Quién me paga a mí el presentismo, el día perdido, los haberes que no percibo por esta situación?
Partamos de la base de que un paro general nada tiene que ver con el derecho a huelga incluido en el 14bis de la constitución nacional del cual cito un fragmento “Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga”  en ningún lado le da la facultad a un grupito de mercenarios de romperle las bolas al 90% de los laburantes.

Dice Julián A de Diego en una columna[1] escrita para el Cronista que: “Los paros generales  son ilegales por definición, arbitrarios desde su esencia, producen daños indiscriminados y finalmente se transforman en un acto inidóneo para lograr el objetivo propuesto”

¿Cuántos son los afectados por los que se para un país? ¿Y cuántos son los afectados que no les queda otra que ser rehenes de estos mafiosos? ¿Es lógico?  ¿Se justifica?
¿Quién pone toda la plata que se pierde por este paro? Porque no solo perdemos los trabajadores. También pierden el estado y las empresas.

 Si son tan solidarios quiero ver “esta misma manifestación de solidaridad” cuando haya una necesidad básica que suplir ante una eventual catástrofe como incendios, inundaciones, etc.

La mayoría no sale de sus casas por carecer de medios de transporte o por miedo a la represalia de las patotas mafiosas. Y es así que sin darse cuenta pasan a ser parte de una mayoría pasiva y silenciosa. Y ahí, créanme que ahí, es donde más perdemos como país. Estos tipos después se van a llenar la boca hablando de la gran adhesión al paro cuando en realidad lo que hubo fue “una toma de rehenes masiva”  a los laburantes y una sensación de terror entre aquellos que quisieran salir a cumplir con sus obligaciones para hacer grande y noble a un país.

Con paros generales y operetas… no se llega a ningún lado. Recurran a la justicia. Si aun así no están conformes, pueden llegar a una corte internacional.

Yo quiero un país con conciencia de trabajo y sobre todo con respeto por el trabajo del otro, por eso YO NO PARO.



miércoles, 25 de febrero de 2015

Esto también es violencia

Natalia Antolin, publicitó a través de sus redes sociales, su nueva campaña °V I S A V I S° con dos modelos de una delgadez extrema.  El repudio, en su mayoría del segmento femenino, no se hizo esperar y se manifestó en las redes sociales donde la marca mostró las fotos.  La cantidad de comentarios o menciones negativas supera por mucho a los comentarios de aprobación o con un mensaje positivo. Plus, para más inri, algunas de las seguidoras de la marca no tienen mejor idea que hacer comentarios del tipo "Gordas envidiosas"  "No se quejen. Esto es moda real"  

Para quienes no hayan visto las fotos de la campaña, https://www.facebook.com/Fan.NataliaAntolin/photos/a.10151637092008328.1073741857.47871288327/10153074738903328/?type=1&theater  

 Rápidamente las fotos fueron compartidas por seguidoras de la marca, con comentarios como este:

"La verdad lo vi en la página de Lorena, y tuve que ir a la de la tienda para verlo, porque no lo podía creer. Mujeres verdaderas, esto la verdad que no nos identifica yo diria que al 99% de las mujeres, con cuerpos reales, vidas reales y una salud real. Esto no es moda, es un marketing de la propuesta de un cuerpo inalcanzable, pero por lo poco saludable la verdad esto no es moda, no es arte, sino la apología de la enfermedad. Ustedes que opinan???"

Estas son las consecuencias de una mala acción de comunicación y su posterior falta de sensibilidad ante el hecho consumado. Ahora a esperar la respuesta de la marca.

Me parece lamentable que se aún se hable de estándares de belleza y peor aún que ese sea el estándar propuesto por las marcas. Desde nuestro lugar tratemos de hacer un poco de ruido ya que no solo las mujeres tendrían que mostrar su disconformidad. Esto también es violencia.- 

#Comunicación #moda #NataliaAntolin  #Anorexía  #Delgadez  #Publicidad

@mnferri

lunes, 19 de enero de 2015

Esperaba la cadena nacional.


Estoy triste no  por la muerte del fiscal, muerte que obviamente es lamentable, sino por la muerte del periodismo serio que se suma a las muertes de la conciencia y la prudencia en la sociedad. Lo más angustiante es que no esperaba otra cosa.

Lo más sensato que se pudo leer hoy  fue esta actualización de  los chicos de la garganta poderosa.  https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=795185467216985&id=213440425391495&fref=nf&pnref=story

Abundaron los comentarios poco felices, desafortunados, algunos increíblemente insensatos y una minoría que pide prudencia, que se trate el caso con el respeto y la seriedad debida. Prudencia no significa lentitud, del mismo modo, que celeridad no implica una placa de primicia vaya a saber Dios chequeada por quién.  Tan poco faltó el ganso que pretende ser el “distinto” el que resalta por el comentario chistoso e ingenioso como por ej: https://twitter.com/SrSambucetti/status/557340888649986049/photo/1 este es solo un ejemplo de los tantos que hubo y que habrá.
Se llegó a un nivel de  confrontación y de des-legitimación del pensamiento del otro  que a las siete de la mañana del día de hoy ya estaban instaladas con la misma fuerza las hipótesis del asesinato o del suicidio del fiscal Nisman. Si decías que fue un asesinato, automáticamente te convertías en un "gorila" en un crédulo, en un golpista que compra un mensaje instalado y demás atrocidades. En cambio, si te parabas de la vereda de enfrente eras un idiota, un ciego que avala a una asesina, un planero, un hipócrita y muchas otras formas de agredir al otro.

Conforme pasara el día sin información oficial, real y prolija cada uno adoptaría con más fuerza la hipótesis que decidió abonar y ya poco importará si fue un suicidio o un asesinato ya que algunos no lo creerán, mientras que otros no lo perdonaran. Los medios se refugian en  “Campillay” para decir cualquier animalada sin pagar o asumir costos por eso.
Y obviamente no faltaron los políticos oportunistas, al igual que los periodistas de color, que aún ante una muerte insoportablemente ensordecedora como esta, buscaron llevar el agua para su molino. Desde preguntas con la respuesta implícita en la pregunta hasta declaraciones y explicaciones técnicas como si fueran peritos criminalísticos. Unos verdaderos CSI.

Todo se volvió absurdamente iracundo dentro de ese río indómito de vociferaciones en donde conviven medios y redes sociales. Esperaba por la cadena nacional, en este caso no la de la presidenta (que se manifestó a través de un comunicado https://www.facebook.com/notes/cristina-fernandez-de-kirchner/amia-otra-vez-tragedia-confusi%C3%B3n-mentira-e-interrogantes/1014136438614222 ) que lejos de aportar algo  solo hizo ruido,  sino que tenía la ingenua esperanza de que ante un hecho así la prudencia y la coherencia ante una muerte más en democracia, la muerte 86 del atentado de la AMIA que llega 20 años después de que se perpetuara el hecho, nos encontrara al menos siendo cautelosos al hablar sin comprar nada ni de un lado ni del otro pero evidentemente no aprendimos nada. La grieta se hizo cada vez más grande y la cadena se rompió.
@mnferri